29 de septiembre de 2010

Viajes en el Tiempo : Daniel Virué en Patagonia 2º viaje, 1972 final.



A la mañana siguiente - después de dormir en la cama del “viajante ausente” y en ayunas, enfilamos para la pequeña estación ferroviaria de Esquel para abordar el servicio mixto (pasajeros y cargas) hasta Ing. Jacobacci donde trasbordarìamos al “tren grande” con destino a Plaza Constitución.

En aquellos años, “La Trochita” no era un tren turístico, era un servicio esencial en la zona que conectaba localidades aisladas en la meseta patagónica y en una de sus partes climáticamente más adversas por la crudeza de sus inviernos.
Todavía no había llegado Paul Theroux desde Boston y no lo había bautizado con el más vendible “Viejo Expreso Patagónico”.

Tampoco se había menguado su recorrido : eran 402 km. de meseta que si no ocurría nada se transitaban en….20 horas. Las viejas Baldwin y Henschel con los vagones Familleraux recorrían la trocha de 0,75 en parajes inolvidables y por momentos a paso de hombre.

Pero el problema inmediato era desayunar. Llegados a la estación y obtenidos los pasajes en “segunda”—asientos de tablitas pintados de gris---observé que en el 1ro de los vagones “cerrados” de carga, la salamandra despedía un humo azulado por la chimenea—todos los vagones tenían una---y hacia allí me encaminé con la ‘pavita’ ( tetera ) de lata del campamento. Era el vagón “estafeta” o correo que la empresa de Correos y Telecomunaciones despachaba para distribuir y recoger por los caseríos dispersos la correspondencia.

Solicitar agua caliente para el mate y trabar amistad con el estafetero fue una sola cosa. La Patagonia era—y sigue siendo—un vacío demográfico que llama siempre a la amistad.
El “turco” Ismael It - aclaremos que “turco” se llama en Argentina a todos los descendientes de Sirio-Libaneses porque ingresaban al país con pasaporte del Imperio Otomano - era el empleado del Correo que viajaba en el tren.

Pero luego vimos que en realidad era el personaje fundamental de ese particular trayecto ferroviario. El pequeño vagón estafeta era un “carga” cerrado pero modificado en su interior para dotarlo de las mínimas comodidades indispensdables : en la parte anterior, el escritorio y el archivero para clasificar la correspondencia junto a la infaltable salamandra y en la posterior, la cama, un armario y las pertenencias personales con numerosas fotografías de seres queridos.

Esta parte era denominada “pensión La Chancha” y a la noche supimos porqué, Don Ismael, por aquel entonces tenía unos 50 años e incontables anéctodas de su trabajo. Había llegado a la Patagonia procendente de Lobos, Provincia de Buenos Aires como conscripto de un regimiento que, destinado a Rio Gallegos tenía como tarea el tendido de la linea telegráfica a Esquel.
A cada soldado, al termina el servicio y la construcción de la línea, se le ofrecía la posibilidad de radicarse en Esquel con empleo del Correo y allí se quedó.


Formó familia y justamente un hijo que estudiaba Geología en La Plata viajaba en el mismo de tren de regreso asegurando por las provisiones inacabables de la madre nuestro sustento también.

Pero Don Ismael además de correspondencia llevaba paquetes, revistas, diarios, encargos, medicamentos y todo lo que en la “pasada” anterior le encargaran.
Sólo comprendiendo la inmensidad de aquellas soledades puede entenderse la relevancia de lo que este hombre hacía.

La Radio Nacional Esquel tenía un servicio—creo que aún hoy existe---de mensajes al poblador con un buzón habilitado en el que se dejaban los mensajes que eran leídos a horas determinadas, era la ùnica forma de enterarse y por supuesto todos se enteraban de todo.

La estación de “la Trochita” era el punto de encuentro, pero muchas veces los paisanos llegaban allí desde puestos de estancias distantes 5 leguas o más, era admirable ver la gratitud por las noticias que el tren “arrimaba”.

Después de bastante charla y de agotar las provisiones de la esposa del “turco”, éste nos dijo : “cuando baje el sol llegaremos a Cerro Mesa, aprovechen la parada y vengan a la estafeta”.
Nosotros no nos habíamos dado cuenta, pero en una estación anterior un paisano se había arrimado a caballo con un cordero en la cruz del pingo.


Y llegó el atardecer, ya con las retinas desbordadas de los espectaculares paisajes que el trencito recorría. Lugares en caracol donde la solitaria estación se veìa desde una o màs horas antes y el tren iba descendiendo de a poco .
Lugares en que por la rampa pronunciada era posible largarse en el furgón y al trote subir en un vagón delatero.

El resoplido de la vaporera y el humo, los balcones abiertos de los Familleraux, sentarse pitando un faso y contemplar el paisaje. Que más?

En Cerro Mesa nos fuimos a la “Pensión La Chancha”, Don Ismael ya mateba con su hijo y había colgado el cordero de un gancho entre la salamandra y la chapa protectora de la pared de madera del vagón.

El carbón de piedra, el mismo que alimentada el hogar de la locomotora empezó a hacer su trabajo, al cabo de dos horas el guarda 1º y el 2º, el Inspector de Máquinas y algún otro compartían con nosotros el cordero patagónico más sabroso que he probado, mientras el “turco” desgranaba anécdotas - como aquel año en que consumió sus vacaciones 15 días bloqueado por la nieve en El Maitén - y los ferroviarios nos decían el lugar que estabámos transitando de acuerdo al golpe de las ruedas en los rieles, sin necesidad de asomarse por la ventanilla.

Poco a poco llegábamos a Jacobacci y la inolvidable y lamentablemente irrepetible experiencia de hacer en La Trochita el recorrido completo empezaba a pasar a los recuerdos.
En la madrugada del día siguiente, aún noche cerrada llegamos a Ing. Jacobacci y trasbordamos al tren general que nos devolvería a Plaza Constitución adonde arribaríamos al dìa siguiente sin una moneda.

Taxi, departamento y vuelta a la rutina. Pasarían muchos años -màs de 10- y muchas cosas en el país y en nosotros para poder volver. Pero esa es otra historia.



Daniel Virué reside en BsAS, Argentina es profesor de Geografía jubilado y ha realizado innumerables viajes al sur patagónico, las Islas Malvinas y la patagonia chilena.
Escribe el blog Presidente Derqui en Tren.


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Todos al tren !! / All aboard !!!

No soy un erudito, tampoco una persona de gran memoria. Tampoco conozco los modelos de locomotoras ni los números de serie de los vagones. Quizàs sean cosas que me pierdo, conocimiento del cual carezco. Si tengo desde muy pequeño la pasión por los trenes - quizàs por los viajes, pues eso elicitan los trenes - fruto de una madre que nos llevaba a mi hermano y a mi a ver partidas y llegadas a la estación de nuestro barrio.
Los años me llevaron por diferentes rincones del mundo, a veces por trabajo, otras por placer. Viendo las fotos que he tomado, surgen como una constante los trenes.
Con esta simple aficción, las fotos, los viajes, los trenes, me he ido rodeando de conocidos, de amigos, de "hermanos de fraternidad" en diferentes países, es por ello - y para sacar todo esto a la luz - que comienzo, humildemente, a publicar este blog.
Espero que no sea tan simple que no convoque, ni tan erudito que asuste, que sea un nuevo punto de encuentro con los viejos y los nuevos amigos.

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I´m not an erudite, neither a big memory person. I don´t know the reference number of any engine or locomotive. Perhaps these things that I don´t know may be a knowledge that I must, but what only understand is my passion about trains and trains trips, trips in distant worlds or distant hemispheres.
My mother brought us – my brother and me – to a little station in a tiny neighborhood of Montevideo to see the trains arrivals and departures, was our favourite childhood hobby
( or perhaps only mine ? ).
For working or leisure, year by year, I travelled for many countries of Latin and North America, and a constant in this trips was a visit to the more nearest train station.
I can see now my photo memories and find in it a persistent motif : a lot of railroad photographs, from Uyuni in Bolivia to Orlando in USA, from an old engine ( almost destroyed ) to a TGV train.
The railways made me know a lot of people also, with the same – insane- passion, and like a fraternity a lot of blogs and web sites has been appeared, from BsAs ( Argentina) , from Uruguay, groups, indivuduals, instutions for memory preserve.....
And now with the "official " publication of my own blog I can put in words and images my secret passion, came in.
And this is for you reader, from some far – or near – country in the world, all your comments ( positive or negatives ) are welcome.
This also want to be a meeting point for old and new friends.